La exposición a ruidos molestos puede dañar permanentemente el oído, al igual que producir estrés e incrementar la presión sanguínea, contribuyendo a enfermedades del corazón. Por las razones antes mencionadas, es indispensable que los trabajadores cuenten con el equipo adecuado y sean entrenados en su uso antes de realizar actividades que impliquen exposición al ruido.